No es la primera ni la última vez que nos vayamos a encontrar con este tipo de noticias, ayer hemos comentado justamente sobre la falsificación fotográfica que culminó con la premiación al fotógrafo en un concurso asiático.
En esta oportunidad, la víctima es la denominada princesa del pop, Britney Spears, que no aparece en las primeras planas de las revistas por algún nuevo escándalo, sino por su aparición en una fotografía que aparentemente la mostraría desnuda tomando sol.
Cigarrillo en mano, pelo atado y recostada sobre una reposera se la puede identificar a la ex-esposa de Kevin Federline como Dios la trajo al mundo; pero rápidamente es refutada esta fotografía cuando se descubre que en realidad la foto original data del año 2004 en donde Britney tiene puesta una bikini, pequeña y que no se ajusta a sus medidas, pero bikini al fin.
Rápidamente con el lanzamiento de la noticia durante el día, los medios se hicieron eco de la noticia y grandes portales informativos tuvieron picos de visitas por tamaña primicia.
Más allá de la fotografía y de la inmensidad en repercusión que esto conllevo, en cuentas claras se confirma que el retoque digital se está volviendo un arma peligrosa en manos de fanáticos¿y frenéticos?) por vender algunos periódicos o revistas a costa de falsificaciones. (